Para imprimir o grabar marcas en superficies metálicas, se utilizan varios tipos de sistemas de marcaje láser. Estos códigos permanentes son fundamentales para garantizar la rápida identificación de los productos y las piezas originales. Se utilizan en sectores como el aeroespacial y el de automoción, así como en envases de consumo, como de bebidas y de productos farmacéuticos.
Las máquinas de grabado por láser que se utilizan en la actualidad incluyen diversos sistemas láser de fibra y CO2 infrarrojo y UV. Dado que los metales son materiales resistentes al calor, el marcaje de ellos requería tradicionalmente una radiación láser de alta densidad. Estos sistemas marcan las superficies mediante marcaje o grabado.
En la actualidad, existe una gama de máquinas de láser con distintas salidas de potencia, que puede emplearse para marcar una amplia variedad de sustratos y para diferentes aplicaciones de envases o productos. Los metales que se marcan suelen incluir desde el aluminio anodizado hasta el acero inoxidable, pasando por los metales revestidos, cuya superficie se puede eliminar con patrones precisos mediante láser para realizar marcas claras y permanentes. Dado que el funcionamiento de esta gama de sistemas láser es distinto en función del metal en el que se emplee, es fundamental que las empresas evalúen los sistemas disponibles utilizándolos para marcar muestras de sus materiales específicos antes de elegir el que resulte más eficaz para sus necesidades.
El marcaje láser de fibra es el más utilizado para colocar marcas o códigos en superficies de acero inoxidable. Al ser sistemas de mayor potencia, permiten marcar códigos de identificación directamente en piezas de acero inoxidable y productos más grandes mediante el grabado de su superficie. Estos códigos pueden ser códigos numéricos, alfanuméricos y en 2D o códigos de barras convencionales.
Los sistemas de marcaje láser de CO2 que utilizan longitudes de onda más cortas que las del láser de CO2 tradicional se pueden utilizar para crear marcas en superficies metálicas como el aluminio anodizado. El proceso elimina el color de la superficie de aluminio, de modo que deja al descubierto la superficie metálica que hay debajo y crea caracteres precisos para el codificado.
Los sistemas láser también se emplean para marcar superficies preparadas previamente con un revestimiento de pintura en esmalte; eliminan la superficie pintada para crear los códigos en la superficie metálica expuesta. Una de las ventajas de este proceso es que requiere el uso de láseres de muy baja potencia, lo que reduce los costos y agiliza la producción. Además, debido a este bajo consumo de energía, se producen muy pocos humos o residuos, por lo que el entorno es seguro para los trabajadores.
También se han desarrollado superficies revestidas previamente o mediante pulverización para poder someterse al grabado por láser de metales. Estos revestimientos son visibles para el haz láser, que los fusiona con los sustratos a medida que pasa el haz. Cuando el haz láser entra en contacto con los revestimientos, estos cambian el color de la superficie del metal (a menudo a negro, marrón o gris) para realizar la marca deseada.
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